En las zonas pobres campesinas, los niños pequeños tienden a ser dejados en unos huecos en la tierra mientras progenitores realizan las labores domésticas y del trabajo en el campo. Estos hoyos son la sustitución de los conocidos corrales de madera. La acción descarna y funde en una sola forma dos corrales para niños, como si de un trabajo arqueológico se tratara, pero sin llegar al fin de un descubrimiento. Mientras regreso sobre los pasos familiares de mis predecesores también camino al origen de todo, el campo, es sin dudas esa zona madre primaria de la que dependemos, es para mí también ese lugar donde se gestaron parte de las luchas de independencia, y se organizó un proceso histórico, camino a un punto en el que mis historias familiares se entrelazan con la historia local y nacional. La obra busca discursar sobre los procesos del nacimiento y la muerte, del florecimiento y el declive de una idea, un pensamiento, una vida, una nación.