Co-autor: Disbel Roque Bolaños Voluntad, dispone de 5 yugos en forma pentagonal, se hallarán colgados de una sola punta en dirección al cielo. Unidos estos, como un solo objeto, una...
Voluntad, dispone de 5 yugos en forma pentagonal, se hallarán colgados de una sola punta en dirección al cielo. Unidos estos, como un solo objeto, una sola carga y una única estructura de amarre, estos someten desde la visualidad en un acto de fe único. En este caso la situación se construye al brindar a este objeto práctico (por la cuestión del uso) un valor decorativo “temporal” casi de culto que genera un diálogo sobre el poder y la mansedumbre. Nuestro yugo toma el número del hombre, el microcosmos, de ahí que partamos de una estructura de lenguaje de poder propio la comunidad campesina. Su imposición de fuerzas y control evidente del entorno que lo rodea como herramienta.
El yugo símbolo del trabajo forzado animal hace del hombre que lo acepta un manso buey. Subyugar y castigar es una constante en la vida del hombre. Esta es una problemática del poder político que se contiene en los sistemas sociales, se impone ante la colectividad como un objeto de culto “invisible”, no tiene un dios que adorar como la religión lo tendría en su lugar, tiene una serie de figuras que se perpetúan o se cambian y cuyas imágenes se quedan en la memoria colectiva de los individuos, rozando el ridículo en algunos casos al convertir realmente a estas iconografías en un culto obligatorio para agasajar al poder dominante.
La pleitesía, llega desde las capas más bajas, con mucha fuerza. Mientras más pequeño es el eslabón social en el que se está parado, mayor puede ser la pleitesía, por una cuestión de acumular intereses y beneficios. La voluntad es relativa, cuando el culto se rinde de forma constante en las pequeñas actividades y decisiones de la vida.