En realidad, son dos experiencias simultáneas: ver las magníficas obras de un grupo de artistas que pintan y dibujan sin temor al qué dirán, y la otra, entrar en una galería sin haber ido a visitarla. Una galería virtual que, por cierto, fue concebida antes de la pandemia, en 2018, con el propósito de “democratizar” la experiencia artística y que, por fortuna, ha servido para rescatarla este año.
La exposición se llama “I Thought I Was Asleep” (Creí Que Estaba Dormida, o Creí Que Estaba Dormido), con obras de la colección permanente de NAEMI, las siglas de National Arts Exhibitions of the Mentally Ill, o Exposiciones de Arte de los Enfermos Mentales. El nombre de la galería virtual es Art Code Space, “abierta” hace poco más de dos años por un equipo multidisciplinario de programadores digitales e historiadores de arte especializados en arte contemporáneo.
Con unos cuantos clicks usted entra a la galería, camina de un lado a otro (y si quiere, oye incluso el sonido de sus pasos), se detiene frente a cada pieza y se acerca o se aleja para verla detenidamente. No es que el concepto sea nuevo: lo que ocurre es que, en este caso, está muy bien hecho y da la sensación de haber reservado el espacio para una visita privada.
Desde los insondables relieves cromáticos del entrañable Peyi (el pintor y diseñador Pedro Luis Rodríguez Cabrera) hasta los excelentes dibujos de Damián Valdés Dilla – con ecos del maestro Gustavo Acosta – e Isaac Crespo, y el fotorrealismo-pinup de Yaniel Agrafojo, “I Thought I Was Asleep” sumerge al espectador en una dimensión-otra, sobre todo al que está acostumbrado a pararse delante de las piezas en la galería física y ahora debe mover el mouse, o el dedo sobre la pantalla, para hacer algo que representaba una experiencia única.